Espectaculares esculturas de cerámica con múltiples materiales.
UN MENÚ DEL DÍA A DÍA – Fernando Casao Carabantes
Exposición de escultura
Esculturas de Fernando Casao en Espacioocupado.
El fuego fue un recurso esencial que permitió a la humanidad superar la dieta cruda, dominar la metalurgia, hornear el barro y enfrentarse a las tinieblas. El fuego se asoció también con la luz, la vida, el arte y la ciencia. Incluso el aire alcanzó otro valor, como elemento indispensable para la combustión.
Bromas aparte, Prometeo es el arquetipo del escultor porque modeló a los primeros seres humanos con tierra y agua. Guiado por su espíritu rebelde y astuto, salvó a la raza humana del diluvio, engañó a Zeus y se atrevió a robarles el fuego a los dioses para entregárselo a los mortales.
Un día aciago, el fuego fue expulsado de casi todos los hogares y se pasó a cocinar con gas o electricidad. El desastre es evidente y la catástrofe no ha hecho más que empezar. Pese a ello, Prometeo representa la oposición al orden establecido, los esfuerzos por romper los límites humanos.
El único límite real de esos límites es asegurar la subsistencia, comer para vivir. Si dicen que también se come con los ojos, habrá que extremar el cuidado en la presentación. Así se explican en estas esculturas la sutileza en los detalles y el ímpetu en los colores, la acertada combinación de los materiales y la sabia ironía en la intención, el ágil juego de los soportes y su perfil dramático, la proporción de las partes y el equilibrio del conjunto.
Exactitud observadora, selección de contenidos y dominio técnico revelan la calidad de estas piezas. Pero la belleza formal y el atractivo plástico no deben ni pueden estar exentos de intención crítica. Por eso los platos que aquí se ofrecen penetran por la vista, tocan el corazón y agitan el pensamiento. En este tiempo de trampas y mentiras, este menú del día es una invitación a saber qué hay detrás de las apariencias para poder saltar de lo que se ve a lo que hay que ver, como se sugiere en las siguientes posibles referencias.
Pescado repescado: frecuente en contenedores de supermercados y restaurantes, es hoy la esencia muerta de nuestros mares saqueados, una penosa apuesta por los restos. Comer de sobras no es alimentarse en exceso sino apañarse con lo que otros tiran. La carne pegada a la espina es un juego de naipes; la raspa es otra forma de pasar.
Chuleta a la frontera: típica del sur de Europa, se prepara con carne fresca oreada en alambre de espinos y una salsa de temor-odio macerada en egoísmo e inhumanidad. La guarnición habitual es un revuelto de pelotas de goma, restos de metralla y concertinas. Puede servirse fría, como la venganza.
Manzana con espuma de espejo: aunque hay variantes con serpiente y Eva incluidas, la receta genuina es una base sólida de reflexión y análisis con toques de coraje para acabar comprobando que cada cual cocina su propio gusano. Sólo así se descubre ese íntimo sabor de la soledad, precio inevitable de ser libre.
Violencia fría: el sugerente helado cuya crema se derrama en melena femenina no es una broma erótica del “chef” para favorecer la digestión, sino un símbolo de la oscura pesadilla propia de una sociedad enferma. Todos los ingredientes de la consideración de la mujer como simple objeto, regados por el licor venenoso del maltrato y la violencia machista, se concentran en este postre.
Ester Minio